III Olimpiada Española de Economía
Después de un duro año de trabajo se celebran las III Olimpiadas Españolas de Economía en Castellón los días 30, 1 y 2 de Julio. En ella participan los premiados de sus respectivas fases locales.
Se trata de otra competición entre alumnos por un premio en metálico, aunque se trate de disfrazar como una experiencia inolvidable, lo que es también cierto y merece la pena, porque 600 euros no se consiguen en un día, haciendo un simple examen, es más no se consiguen ni trabajando 12 horas en un día, exceptuando claros casos aparte.
El primer día se nos recibe tanto a alumnos como a profesores en la Universidad Jaume I con un cóctel con el propósito de darnos la bienvenida y explicarnos en que van a consistir los 3 días y que actividades se van a realizar.
Ya en el cóctel empezamos a conocer al resto de participantes y a intercambiar impresiones sobre las PAU y demás. Pero, puesto que a la mañana siguiente se realiza el examen, nos retiramos pronto al hotel.
Mi primera impresión acerca de la organización es buena, un buen recibimiento, un excelente hotel…En cuanto a los compañeros, como todo en la vida, gente humilde y agradable, y gente prepotente y altiva, afortunadamente predominaba la primera parte, porque lo primero que se me pasa la cabeza al llegar es: ¡Madre mía, cuánto futuro empresario junto!.
A la mañana siguiente hacemos el examen, examen que deja huella, porque la primera pregunta creo que no se le olvidará a nadie, apalancamiento financiero. Exceptuando esta pregunta, realizamos el examen sin problema, y a las 2 horas y media finaliza.
Esa misma tarde nos dirigimos a Peñíscola, donde nos espera una visita guiada bastante aburrida, pero que nos permite conocernos mejor, y “dejar de pensar en el examen”, aunque algunos se encargaran de recordarlo hasta el último día.
Respecto a las actividades, esa noche se celebra la cena de gala, y a la mañana siguiente la entrega de premios.
Entre otros momentos divertidos, destaca el acto de entrega de premios, cuando observas ciertas personas que se sientan en las esquinas para recoger el premio gordo. ¡Así me gusta, empresarios seguros al 100%!
Como conclusión o síntesis final debo decir que independientemente del objetivo competitivo de las Olimpiadas, el realizar un examen o trabajar y estudiar sobre algo que te gusta y en lo que te sientes cómoda facilita las cosas y las hace mucho más agradables.
Es una experiencia enriquecedora y que en pequeñas dosis te muestra lo complejo de las competiciones y que entre profesores existen grandes diferencias que se agradecen, por aquellos que se mueven por la vocación y la muestran a través del apoyo y motivación recibida por los alumnos, gracias.
Se trata de otra competición entre alumnos por un premio en metálico, aunque se trate de disfrazar como una experiencia inolvidable, lo que es también cierto y merece la pena, porque 600 euros no se consiguen en un día, haciendo un simple examen, es más no se consiguen ni trabajando 12 horas en un día, exceptuando claros casos aparte.
El primer día se nos recibe tanto a alumnos como a profesores en la Universidad Jaume I con un cóctel con el propósito de darnos la bienvenida y explicarnos en que van a consistir los 3 días y que actividades se van a realizar.
Ya en el cóctel empezamos a conocer al resto de participantes y a intercambiar impresiones sobre las PAU y demás. Pero, puesto que a la mañana siguiente se realiza el examen, nos retiramos pronto al hotel.
Mi primera impresión acerca de la organización es buena, un buen recibimiento, un excelente hotel…En cuanto a los compañeros, como todo en la vida, gente humilde y agradable, y gente prepotente y altiva, afortunadamente predominaba la primera parte, porque lo primero que se me pasa la cabeza al llegar es: ¡Madre mía, cuánto futuro empresario junto!.
A la mañana siguiente hacemos el examen, examen que deja huella, porque la primera pregunta creo que no se le olvidará a nadie, apalancamiento financiero. Exceptuando esta pregunta, realizamos el examen sin problema, y a las 2 horas y media finaliza.
Esa misma tarde nos dirigimos a Peñíscola, donde nos espera una visita guiada bastante aburrida, pero que nos permite conocernos mejor, y “dejar de pensar en el examen”, aunque algunos se encargaran de recordarlo hasta el último día.
Respecto a las actividades, esa noche se celebra la cena de gala, y a la mañana siguiente la entrega de premios.
Entre otros momentos divertidos, destaca el acto de entrega de premios, cuando observas ciertas personas que se sientan en las esquinas para recoger el premio gordo. ¡Así me gusta, empresarios seguros al 100%!
Como conclusión o síntesis final debo decir que independientemente del objetivo competitivo de las Olimpiadas, el realizar un examen o trabajar y estudiar sobre algo que te gusta y en lo que te sientes cómoda facilita las cosas y las hace mucho más agradables.
Es una experiencia enriquecedora y que en pequeñas dosis te muestra lo complejo de las competiciones y que entre profesores existen grandes diferencias que se agradecen, por aquellos que se mueven por la vocación y la muestran a través del apoyo y motivación recibida por los alumnos, gracias.
Itziar G. Bellver
Setè premi
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